Aquí están los cerezos
aburridos de pájaros.
Aquí están las lagunas
muriéndose de sol...
Aledaño a esa hilera
de ranchos sin pintura,
se ve el campo enfermizo
de un viejo agricultor.
Son tan pobres las gentes
que moran esta aldea;
aquí sólo se siente
la esencia del dolor.
Para desayunarse
se beben un Dios mío.
Y hay veces que se acuestan
nomás llenos de sol.
Juan Sánchez Lamouth
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