jueves, 3 de febrero de 2011

Franz Kafka: Un Inicio Para la Historia




No se porqué pensé en Gabriel García Márquez cuando leí por vez primera la entrada del cuento La Metamorfosis de Franz Kafka. No tengo por costumbre leer los largos prólogos de los libros hasta el final del mismo. Dicho de otro modo, el prólogo es lo último que leo de un libro. Naturalmente, me refiero a libros no academicistas. Relego cualquier prólogo hasta leer la obra literia. Intento con esa costumbre evitar cualquier influencia inmediata sobre mi forma de lectura del texto. Intento descubrir. Luego, solo luego, escucho y converso con el prologuista. (Solo un prólogo he lamentado no haber leído antes del texto: el de, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha)

Leí La Metamorfosis libre de influencia al respecto, y libremente me maravilló la entrada. Y sí, pensé en García Márquéz, quien me maravilla casi siempre. Alguna vez, cuando me den ganas, escribiré sobre ese por qué. Por lo pronto solo me limito a compartir con ustedes este párrafo genial:

"Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño inquieto, se encontró en su cama transformado en un monstruoso insecto. Estaba recostado sobre su espalda dura y acorazada y veía, cuando alzaba un poco la cabeza, su vientre curvo, de color café y fragmentado en rígidos arcos, sobre el que la frazada, pronta a escurrirse del todo, apenas se podía sostener. Su multitud de piernitas, lastimosamente flacas, comparadas con su tamaño normal, revoloteaban suplicantes frente a sus ojos."



Fue luego que me enteré, leído y maravillado libremente, que este placer estético lo habían experimentado muchos, muchos otros. Aunque algunos solo resaltan el inicio, no el párrafo, como por ejemplo la de este texto del cual tomé el fragmento que comparto hoy. Sin duda hay mejores traducciones.